viernes, 4 de mayo de 2012

Jazz & Playboy


Tal vez me haya cruzado con una o dos revistas, pero nunca he leído una (¿hay algo que leer?)

Tampoco hubiera recordado (o sabido) el nombre de su fundador.

Hasta anoche que vi un documental en SBS: "Hugh Hefner: Playboy, Activist, Rebel"

Para mí este señor era el que estaba viviendo con las tres rubias en una mansión que según Vogue o alguna otra revista de moda, ya está en franco descenso.

Viva por la expansión de la mente.

Resulta que el hombre por allá en los 50, 60 y 70 fue un verdadero precursor que le dio espacio en su revista y sus programas de TV a todos los renegados de la época: gente gay, feministas, negros, gente de izquierda (¡comunistas!) Fue un activista que participó en el cambio de las leyes sobre el sexo en Estados Unidos (¡el castigo por practicar fellatio era doce años de cárcel!); también participó en los derechos civiles de la población negra (membresía en sus clubs para personas de color, patrocinio de Sammy Davis Jr. y otros músicos, festivales de jazz, entrevistas a Martin Luther King, debates abiertos con otros activistas, etc). Ni hablar de los derechos que contribuyeron a la liberación sexual femenina (las pastillas, el derecho al aborto).

Yo, de la generación de más acá sólo lo conozco por los excesos de las fiestas, la mansión Playboy, el avión, la extravagancia. Una de las feministas entrevistadas se lamentaba de que Mr. Hefner hubiera mezclado su vida personal con su vida profesional y se le conociera mejor por los excesos de la primera que los logros de la segunda. 

Sus palabras son ciertas para nosotros, los más jóvenes que llegamos al mundo después que la revolución estaba más que cocida y lo que quedaba era la fiesta. Hugh Hefner estaba atribuyendo el declive en las ventas de su revista a las campañas francamente destructivas del gobierno y grupos religiosos que quisieron encasillarla en la pornografía por allá en los ochenta. Supongo que en cierto modo tiene razón. Pero se le olvida ver que ya en esa época los problemas del racismo, la liberación sexual, y la Guerra Fría no eran tan controversiales como al comienzo de la revista. El trabajo estaba hecho. Ahora es misión cumplida, y sólo queda el bagazo de los excesos, el desnudo, el sexo franco, la fama. A estas alturas todos han olvidado el jazz.

4 comentarios:

  1. Un pobre viejo decadente.

    Saludos, buen finde!

    No me acordé que eras Melusina...

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  2. No te culpo, siento que este cambio fue más bien atroz :(

    Gracias por pasar, feliz fin de semana!

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  3. Qué bonito el retrato, me parece súper original la técnica :D

    Antonio Jurado de Yo a Vogue y tú a California

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  4. Por eso lo puse, todas las otras fotos estaban más o menos iguales, pero esta es especial.

    Gracias por tu visita :)

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