está en el exilio del ruido
(esta mujer de la que contemplo
su niñez en el constante olvido,
las palabras caídas,
historias de escuela);
vive en esta desnudez de tiempo
(el cielo a veces llueve su desconcierto,
maná de los otros aquí abajo
asomados a la puerta);
uno e indivisible
camina las leguas entre un alma y la otra
las devora y devuelve
arde en el viajero y su destino
en todas las heridas de cada hombre
en verdad os digo
el fuego del mar no renuncia.
Arde en el viajero y su destino, en todas las heridas de cada hombre.
ResponderEliminarGran poesía!
Saludos!
Gracias Milla, lo escribí hace algún tiempo.
EliminarUn beso!
es verdad el amor verdadero, el buen amor nunca abandona sus sueños, saludos Taty
ResponderEliminar"el buen amor nunca abandona sus sueños"
Eliminarsería una pena olvidar una verdad tan hermosa.
gracias por la visita y por sumarte al blog :)
abrazos!
Un poema impresionante... "El cielo a veces llueve su desconcierto" Me lo llevo apuntado. Aun beso taty
ResponderEliminarGracias por llevarlo, Yossi. Besos!
EliminarQué alentador, que el fuego del mar no renuncie; saber que ha de estar ahí, ardiendo.
ResponderEliminarEs bueno tener el recordatorio :)
EliminarBesos!
“Antes que el sueño (o el terror) tejiera / mitologías y cosmogonías, / antes que el tiempo se acuñara en días, / el mar, el siempre mar, ya estaba y era.“ Pertenece a J.L. Borges. Vos lo decís de otra manera igualmente maravillosa.
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