El tema de este libro me remitió 
directamente a memorias de mis lecturas de Aldous Huxley y el problema 
moral del hombre como individuo en contraste con el hombre como parte de
 la maquinaria social. El protagonista y su impulso natural a cubrir las
 necesidades internas más básicas se enfrentan al poder omnipresente de 
Big Brother y el Ingsoc que le guarda con extremo celo.
La
 narración de Orwell es muy dinámica y la tensión comienza desde la 
primera página, extendiéndose hasta la última línea del libro. La 
libertad es un instinto tan primitivo en el ser humano que sin mayor 
esfuerzo el mismo miedo que plaga cada paso del personaje principal y la
 rebelión que lo impulsa a actuar se transmiten al lector, 
convirtiéndolo en complice de los pequeños escapes y las momentáneas 
burlas al sistema. Muy fácilmente me encontré soñando sobre el futuro 
con Winston Smith, recordando y sintiendo nostalgia con él sobre el 
pasado, como si de pronto yo también hubiera perdido la vida que me es 
conocida y que está aquí mismo, al cerrar el libro. El carácter precioso
 que adquieren ciertos objetos más bien ordinarios, símbolos de el 
estilo de vida desaparecido, queda bien comprendido. La desconfianza al 
colega-vecino-padre-hermano-amante-prójimo y el consiguiente sentimiento
 de soledad que despierta en Smith, hacen de 1984 una historia que 
resuena y se alimenta del temor innato del lector.
Las
 últimas páginas son una verdadera tortura; uno está esperando un 
triunfo individual que página tras página tras página no termina de 
llegar. La comida se quema, los niños lloran, el teléfono suena y uno no
 puede dejar de leer. ¿Es la esperanza también un instinto?
Sufrí mucho con este libro (creo que llegué a comerme las uñas)
 y confieso que me dejó más desasosiego que optimismo sobre la raza 
humana y la vida en general. El peso del ojo vigilante de Big Brother se
 me quedó en los hombros y anduve cabizbaja por unos días. Con todo y 
eso, considero que la novela es no sólo recomendable, sino obligatoria 
(por lo menos a modo de cultura general). Por mi parte puede que de 
masoquista hasta le dé otra lectura algún día. 
 

 
Vaya que sí debe haberte dejado inquietudes el libro, y es que el tema de la individualidad en contraste con la máquina social, pero sobre todo con la cruel estructura de el individuo en ambiente laboral, parecen inevitablemente contrarias. Y todo ese en combinación de muchos otros elementos que un buen escritor pueda utilizar, como la tensión, la buena trama, la excelente caracterización y una narrativa de calidad y a la vez ágil, seguro que los resultados son adictivos. No he leído el libro pero no es la primera vez que oigo hablar bien del trabajo de Orwell.
ResponderEliminarTe salió emotiva tu reseña, me gustó.
Saludos y que pases una bonita semana.
Coincido contigo, son inevitablemente contrarias pero Orwell lo ha sabido llevar al extremo de la tragedia, y lo ha hecho tan bien que logra convencer al lector de que es una situación perfectamente posible. Yo me tragué la historia completita :D
EliminarMe alegra que la reseña sea emotiva; cuando escribo sobre mis lecturas procuro dejar mis impresiones más que tratar de hacer críticas o análisis literarios... eso se lo dejo a los expertos, yo sólo sé que nada sé :)
Besos!
Hola taty,
ResponderEliminarla individualidad ante la maquina social y en tan adversas condiciones como las que idea Orwell que fue un auténtico visionario porque el libro relata con exactitud pasmosa lo que estamos padeciendo hoy día... globalización, gobiernos, espías, sociedades teledirigidas hacia el pensamiento único... Mencionas también a Huxley, el otro vértice del triángulo que junto a Bradbury y la distopía de cada uno de ellos muestra mucho de lo que estamos viviendo por inercia. Un beso taty :)
Ay, Yossi, de qué hablamos cuando hablamos de conspiraciones!!! Yo ahora hasta le tengo fobia a FB! :D
EliminarHuxley dentro de todo me parece un poco más positivo, no sé, no me deja tan intranquila como Orwell.
Curiosamente no he leído a Bradbury... ya me lo busco, el género me encanta :)
Besos!
Desasosiego, esa es la única expresión posible.
ResponderEliminarUna pena que la película no sea tan interesante como el libro.
Saludos!
J.
Ah, yo hace rato que abandoné la idea de ver películas basadas en los libros, raras veces me dejan satisfecha :(
EliminarAbrazos!
Además era un escritor que tenía la costumbre de escribir con sencillez, lo que para él era sinónimo de buena educación. No creo que fuera un visionario, más bien alguien que trataba de describir los horrores que le tocó vivir pero deformándolo para, quizá, poder entenderlo mejor o verlo desde otra perspectiva. Hablamos del nazismo y del stalinismo. Esta novela está muy próxima y produce igual desasosiego que Farenheit 451 de Bradbury.
ResponderEliminarTus sensaciones son muy parecidas a las mías cuando lo leí. También me dejó mal cuerpo. Muy buena entrada Taty "se alimenta del temor innato del lector".
Besos.
Ahora que lo traes a colación, hubiera sido ideal incluir alguna nota sobre su prosa porque es precisa, y eso lo aprecio mucho a la hora de leer (eso o el extremo de la prosa que "canta", en particular en la literatura inglesa).
EliminarComo no he leído a Bradbury, voy a empezar con el libro que recomiendas. Probablemente lo deje para después de las fiestas de navidad, no me quiero deprimir mucho!
Aparentemente este libro estuvo escogido entre los veinte más atemorizantes del siglo XX en alguna página por ahí, Amazon o qué sé yo. Irónico y todo :D
Abrazos!
Este es uno de los blogs que tiene comentarios de dos demiurgos. Es curioso encontrar a alguien que se identifique con ese concepto.
ResponderEliminarEl desazón se completa con el hecho de que la derrota de Winston Smith es completa. Ni siquiera le queda odio hacia el Gran Hermano, personaje que nunca llega a saberse si es real o una invención. Winston Smith llega a tenerle lealtad. Su rebelión tal vez no fue una iniciativa propia, tal vez fue inducida, al hacerle creer que podía confiar en O'Brien.
Como fue inducido a desear que le hagan daño a Julia, figura femenina de la novela, en lugar de él. Para descubrir que realmente lo deseó. Orwell omite hablar de lo que le sucedió a Julia, aunque se dan algunos indicios.
Farenheint da un poco menos de desasosiego, aunque sí se lamenta la muerte de la vecina, que impulsa el cambio de Montag, el protagonista. El hecho es que el protagonista cambia y escapa, saliendo de la ciudad, lo que le salva la vida. Hay una pelicula en que la vecina es joven, pero no adolescente, y también logra escapar, encontrandose con Montag.
"La derrota de Winston Smith es completa."
EliminarDiste en el clavo, y creo que es eso -y no el problema moral del individuo contra la sociedad- lo que hace de 1984 un libro tan desolador.
Bravo, Demiurgo, no me queda más que agregar.
Saludos!