Ha llovido durante casi dos meses seguidos, ahora sí estamos preocupados. Mi mujer reza a menudo, pero desde que no hay electricidad se ha guardado las velas para la noche. Es detallista mi mujer, la semana pasada se puso -y me puso- a sacar de las gavetas más bajas fotos, cartas, cuadernos viejos de los hijos, ese tipo de cosas, y ahora están en la mesa con los zapatos y lo demás. El agua ya nos llega a las pantorrillas.
Los primeros días nadie se alarmó, nadie comenzó a marcar el comienzo de nada, era un día húmedo, es todo. La lluvia era muy fina, casi invisible y se podía lidiar con ella como de costumbre, o sea con paraguas, periódico o indiferencia. Pensionados en la casa mi mujer y yo ni siquiera nos dimos cuenta. Nos inundó entonces la primera tormenta.
-Pedro, que te lo dije y no arreglaste la goma.
La lluvia se estaba metiendo por la ventana y chorreaba por la pared, un lagrimón enorme y sin sentido de vergüenza. En el piso se empezó a formar un charco. Mi mujer se puso -y me puse- de rodillas a secar el piso. Es cuidadosa ella, hace estas cosas sin salpicar a nadie, mucho menos a sí misma; es cuidadosa pero está cansada e ignora que la observo.
Al día siguiente el cielo estaba azul, había sol pero aún llovía, nadie podía explicárselo sin nubes en el horizonte. Había un arco iris, dos, siete, veinticuatro, ya luego me aburrí de contar pero era una maravilla no ver a mi mujer asustada, con aquellos ojos que cuando se hunden se hacen más negros y me hacen pensar que el infierno está detrás de la próxima puerta abierta. Estaba hermosa mi mujer, no pensaba en los pies mojados del universo y era feliz así.
Volvieron las nubes. Ha caído la lluvia en torrentes o en una neblina casi invisible y no ha escampado desde septiembre. Es difícil agarrar calor, no tener dolor en los huesos, no pensar en el mito de una vejez plácida. El mundo se empapa, algunos tienen miedo y claman a Dios, otros maldicen pero a su modo es también un tipo de fe. Mi mujer cuida la casa, espera a los hijos que están lejos, se ocupa del orden con unos ojos más negros que nunca. Tendría que abrazarla y acompañarla en sus rezos, pero de momento no puedo separarme del abismo de la ventana.
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Este es mi ejercicio del mes para el blog Adictos a la Escritura. El tema: Yo. La idea es escribir un cuento en primera persona pero usando la voz del sexo opuesto.
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Este es mi ejercicio del mes para el blog Adictos a la Escritura. El tema: Yo. La idea es escribir un cuento en primera persona pero usando la voz del sexo opuesto.
Pues es precioso Taty, la verdad que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso.!!!
Gracias Lidia, me alegra que lo hayas disfrutado :)
EliminarBesos!!
A mí también me gustó mucho!
ResponderEliminarLo que hacen tantos días de lluvia en la gente.
Un beso!
¿No es verdad, Dana? A mí me encantan los días de lluvia porque invariablemente me da por escribir.
EliminarQué bueno que te gustó la historia, gracias por pasar :)
Besos!
Es interesante tener una perspectiva diferente de un habitante de Macondo :-P
ResponderEliminarMe gustó mucho el relato, con imágenes muy poéticas. Me hizo acordar (aparte de a Cien años de soledad) al corto llamado "La Maison en Petit Cubes". Te dejo el enlace, por si deseas verlo:
http://www.youtube.com/watch?v=N9zsDcp6e4U
Besos!!
Maga, lo último que se me hubiera ocurrido sería Cien años de soledad, honor que me haces!!!
EliminarYa quisiera yo...
Claro que reviso el enlace, el nombre es muy sugerente. Gracias por dejármelo :)
Abrazos!
Ese ejercicio es uno de mis favoritos Taty.
ResponderEliminarTu narración no solamente se pone en los zapatos de un narrador masculino, y ve con los ojos masculinos, sino que alcanza a salpicar emociones inmanentes, como si el personaje masculino pudiera también ver la visión del personaje femenino, su sensibilidad. Es un texto rico en todos los sentidos. Te felicito.
Abrazos!
Gracias Beatriz :)
EliminarLo que dices son palabras mayores viniendo de ti y tu Lucía que se me ha quedado en la cabeza por varios días, hasta ese punto ha resonado por acá!
Me alegra mucho que tenga esa lectura, era exactamente la que estaba buscando.
Besos!
Hola Taty. Me he dado una vuelta por tu blog. Me gusta tu estilo de escribir, es sencillo y parece fácil. No lo es. Yo también soy aficionado a escribir así que te animo a visitar mi blog.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jaal, gracias por tu visita y por tu comentario :) Seguro que me paso por tu blog.
EliminarUn abrazo.
Hola, muy buena historia, a mi parecer la narración es impecable, disfruté leyendo y fue sencillo recrear en mi mente cada imagen que describías. ¡Excelente trabajo y bien logrado!
ResponderEliminarLi, gracias por tu comentario!
EliminarMe alegra que hayas disfrutado la historia :)
Un abrazo.
Para mí la lluvia es el fenómeno más bello que nos regala la naturaleza. El relato me ha inquietado, he pensado en los estragos que puede causar y sobre el desnivel qu existe entre Oriente y Occidente. Aquí, salvo excepción, no la tememos, en otros lugares puede ser letal. Besos
ResponderEliminarPara mí la lluvia es sinónimo de sentarme a escribir :)
EliminarEstoy de acuerdo contigo en las diferencias entre cada país; en mi lado del mundo nos ha tocado abrir los ojos y aprender a respetar a la naturaleza, un huracán no es para tomarse a la ligera.
Un beso!
Un gusto leerte, Taty!
ResponderEliminarMuy bien narrado, la situación se puede sentir y ver.
Saludos!
Gracias Patricia, me alegra que lo encuentres bien narrado, yo sigo tus escritos de cerca porque me gusta tu estilo :)
EliminarUn abrazo!
Lo que más me impresiona es que sigan en su sitio, apenas acomodando las fotos para que no las alcance el agua....
ResponderEliminarEsa es parte de la gracia de la historia; es como si no se dieran cuenta de la situación, y las cosas pequeñas siguieran teniendo la mayor importancia :)
EliminarUn abrazo, Tania!
triste, casi se puede "ver" la angustia en los ojos de ambos protagonistas
ResponderEliminarBien escrito, un placer
saludos
Me alegro de que se puedan ver,así, como por una ventana, me vinieron a la mente :)
EliminarGracias por leer, Laura, un abrazo!
Una historia que semeja el Diluvio Universal en versión doméstica, tal como lo sufriríamos cualquiera de nosotros. Saludos.
ResponderEliminarPor lo menos así comenzaría la cosa, hasta que eventualmente la gente empiece a darse cuenta del tamaño del problema :)
EliminarGracias por pasar Selin, abrazos!
Es una narración muy buena que te atrapa enseguida, pero..., lo de los dos meses seguidos lloviendo me pareció un poco exagerado. ¡Esto es un Monzón! :)
ResponderEliminarSaludos
Ah pues sí, a propósito procuré evadir explicaciones porque las explicaciones metereológicas hubieran estado fuera de mi alcance :)
EliminarCreo que voy a proponer un ejercicio para las próximas votaciones: ¿Qué tal si... [introducir aquí un hecho imposible o al menos improbable]?
Saludos!
Muy lindo y original, felicitaciones :)
ResponderEliminarGracias Inna, abrazos!
EliminarUn relato fresco, innovador y evocador. Me gustan los días de lluvia pero gracias a Dios no llueve eternamente, salvo en el caso de los protagonistas (y digo los, porque has conseguido que la esposa de tu "yo" fuese la protagonista a pesar de no ser la narradora). Me encanta la forma en que está redactado, las descripciones, las emociones y que, al mismo tiempo, esté todo envuelto en la cotidianeidad que la aporta, de nuevo, la mujer de Pedro. Enhorabuena, escribes genial.
ResponderEliminarBess, tu comentario me ha dejado muy contenta :)
EliminarEs curioso como a veces los relatos parecen dictarse ellos solos. La idea de meterme en un personaje masculino se me hizo tan difícil que tuve que apoyarme en la esposa y bueno, esto fue lo que salió. Me alegra que el cuento tenga la lectura que le has dado sobre lo cotidiano porque es lo que quería lograr detrás del asunto de la lluvia que no para.
Nos leemos, un abrazo!
Interesante, por un momento creí que te referías al Diluvio Universal. Pero me ha gustado, sobre todo cuando hace referencia a su mujer en cada momento, me ha parecido realmente romántico. ¡Felicidades!
ResponderEliminarGracias osnolasaga!
EliminarPor los comentarios que voy leyendo veo que esta mujer sin nombre es la que de alguna manera ha terminado sosteniendo el relato :)
Abrazos!
Muy explicito y es sencillo colarse por completo en la situación y sensaciones del hombre y su mujer.
ResponderEliminarSaludos!
Ah qué bueno, eso es lo que buscaba. Gracias por pasar y leer!
EliminarSaludos :)
Un texto muy interesante y original, se agradece la brevedad, también ^^
ResponderEliminarBesos.
Trato de escribir breve porque lo agradezco cuando leo otros blogs también :)
EliminarGracias por pasar Déborah, saludos.