jueves, 30 de octubre de 2014

El niño perdido, Thomas Wolfe

 Esta nouvelle se lee en un par de horas, tanto por su extensión como por su estilo. La trama comienza con una tarde especial en la vida de Grover, el niño que protagoniza la historia. En un solo instante se abre un delicioso caleidoscopio que mira al mismo tiempo la vida afuera, alrededor de la plaza, y la vida interior de un niño sabio para sus años. Bajo este lente es posible encontrar también gestos simples que muestran los extremos tanto de bondad como de mezquindad en el ser humano.

Los siguientes capítulos son memorias algo tristes, narradas por la madre y los hermanos de Grover. Las voces están marcadamente definidas y consiguen pintar un paisaje casi impresionista, hecho de recuerdos y sentimientos, más que de acontecimientos. Pienso que la importancia de la vida interior en cada uno de los personajes que habla, en contraste con el poco enfoque en los hechos, es reflejo de la percepción infantil: los niños tienden a no recodar detalles de lo ocurrido, sino sus reacciones ante ello.

El último capítulo, narrado por Eugene -subestimado por su juventud cuando ocurre el hecho principal- es lírico, casi un pequeño poema que merece ser leído por sí mismo. Algo en la melancolía del Eugene adulto es aún infantil y me conmovió mucho, porque también yo he cometido el error de regresar a un lugar buscando al pasado. El niño perdido es una historia un poco triste por la naturaleza del tema, pero hay cierta dulzura entre líneas que la hace muy disfrutable. Es un libro tierno y yo lo encontré bellamente escrito: una pequeña joya que más bien me tomó por sorpresa.

8 comentarios:

  1. de pronto pensé en esa responsabilidad tan grande y tan grata de recomendar un libro
    y luego se me viene a la mente eso de pensar hasta en esa misma responsabilidad como cuando decide uno tener un hijo...

    claro que no va uno con lo otro
    o mas bien si. los libros y los niños son un tesoro y a veces es triste si perdemos a uno

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    1. Jo, son dos intensidades distintas en el sentimiento, pero tienes razón y la metáfora le va muy bien tanto a los libros como a los hijos.

      Un beso!

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  2. Me ha llamado la atención expresamente lo que dices del error de regresar a un lugar buscando el pasado. Yo también he cometido ese error, Tati. Y no te puedo decir que no sabes cuanto duele. Porque duele mucho. Y sobre todo, porque lo hemos idealizado y la cruda realidad es que el pasado es otra cosa diferente de la que recordamos.

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    1. Tecla, no es la primera vez que me encuentro el tema en un libro (Teresa de la Parra lo escribe muy lindo en Memorias de Mamá Blanca) y cada vez me conmueve lo mismo. Será una cuestión universal... Yo aprendí hace rato que es mejor dejar los lugares y las personas del pasado allá, con la belleza que les ha dado la memoria.

      Besitos.

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  3. A mí este libro me encantó, es de esos que tuve que ir corriendo al blog a contarlo. Me pareció bello, hermoso y muy sensorial, pese a la temática, triste (como todas las pérdidas), pero tan sensible... Me alegra que te haya gustado :)
    Creo que todos acabamos cometiendo el mismo error....

    Gracias y besos!

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    1. Ana, me alegra mucho haber encontrado esta pequeña joya. Muy lindo, puro sentimiento :)

      Lo del error como que nos toca a todos,

      Un beso!

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  4. Un pequeño gran libro, lástima que haya tan poco traducido pero a mí en una época me dio por leer a Wolfe en bucle, lástima no poder reseñarlos, quizás algún día, de hecho este lo tengo en el cajón aunque aún no lo he publicado, lo leí mientras leía un Bukowski y comprendí el desprecio de este por Wolfe. Polos opuestos jajja. Un beso taty

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    1. Imagínate, de Bukowski a Wolfe! Coincido contigo, son los dos extremos del espectro :)

      Sabes que con el tema de las traducciones estoy contemplando escribir una pequeña crítica, un ensayo, una nota, ¡algo! Me horroriza la cantidad de libros que no tienen traducción, y ni hablar de las versiones en español para e-books, casi inexistentes. Raras veces las encuentro y me resulta muy penosa esta falta.

      Besos, feliz fin de semana!

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