La
semana pasada vi en ABC “Big Ideas” y en esta ocasión un grupo de figuras
públicas debatía sobre devolver al Partenón los frisos que se encuentran en el
Museo Británico.
El
grupo en contra alega que los mármoles fueron adquiridos legalmente —aun cuando
la compra fue hecha mientras Grecia estaba ocupada por los Otomanes— y tan es así
que los griegos jamás han acudido a un tribunal internacional a reclamar lo que
les pertenece.
Establecida
la legalidad y el hecho de que los mármoles le pertenecen al Museo Británico,
el discurso se dirigió a los “ciudadanos universales” para preservar en
Inglaterra una exhibición que es mejor apreciada “en un contexto comparativo de
todas las culturas del mundo”. Lo más punzante de este discurso para mí fue la
pregunta de Tristan Hunt. Si el Museo Británico devuelve los frisos a Grecia, entonces también
tendría que devolver la colección egipcia y la etíope… y el Louvre tendría que devolver
su Venus de Milo y el Hermitage su colección y el Museo Griego tendría que
devolver sus Delacroix y Picassos…
Eso me
dejó pensando un poco.
Sin
embargo hay un pequeño detalle omitido en estas comparaciones. Los frisos pertenecen al
edificio, son parte de un todo. Alguien en el público lo comparó a tener la
cabeza del David en un museo y el cuerpo en otro. Ese punto quedó así fuera de
toda discusión. Luego se comparó la compra de los frisos a Estados Unidos
comprando obras de arte holandesas mientras Holanda estaba ocupada por los
Nazis.
Stephen
Fry mencionó a Lord Byron, su Maldición de Minerva y cuán orgulloso estaría de
ver los frisos devueltos (curiosamente Lord Byron estaba en el barco en el que los
mármoles viajaron de Grecia a Inglaterra). Fry también sugirió ideas para
reemplazar la exhibición y quiso apelar “a lo mejor del pueblo inglés” pues
sería un honor histórico retornar los mármoles a Grecia, cuna de nuestra
cultura, filosofía, lógica, astronomía y demás: la cultura occidental no tiene
cómo pagar a Grecia lo que se le debe.
Me acuerdo cuando fui al Museo Britanico y me encontré con los frisos,es muy loco recorrer esas salas y tratar de imaginarlos en su contexto original,el Partenón. La historia del expolio de obras de arte es vieja como el mundo y dificil de resolver.Rescato lo que está haciendo Yale, devolviendo a Peru piezas del Macchu Picchu. Ojalá otros paises siguieran su ejemplo,como Berlin devolver la Nefertiti a Egipto o Austria con el penacho de Moctezuma a Mexico.
ResponderEliminarbesos!
Qué bueno escuchar tu feedback sobre esta experiencia, porque estos "expertos" alegan que los frisos se aprecian mejor comparados con exhibiciones de otras culturas del mundo :o
EliminarYo no soy inglesa, así que el discurso patriótico no me interesa, pero precisamente como ciudadana del mundo pienso que los frisos en particular tienen que regresar a donde pertenecen, ya el Partenón ha sufrido bastante saqueo con los años.
Saludos Maru, feliz fin de semana :)
Hola! gracias por pasar por mi blog y por dejar una puerta abierta al tuyo.
ResponderEliminarTambién me gustan las cosas simples,
voy a volver con tiempo a leer, saludos!
MC, contenta de verte por aquí, bienvenida a mi espacio! Espero que lo disfrutes :)
EliminarNo tenemos para pagarles lo que le debamos aunque hoy en día priman "otras cosas". Me has hecho pensar en cómo se desvirtúa todo y cómo lo que realmente importa pierde peso. besos
ResponderEliminarEs así. Este debate estuvo dándome vueltas en la cabeza por una semana, estos intelectuales son los que han encendido la chispa de pensar al respecto.
EliminarAbrazos!
Lo que huele a abuso, huele mal...
ResponderEliminarEl texto al que haces enlace inicia muy interesante, gracias.
¡Saludos!
Me alegra no ser la única que encuentra el enlace interesante. Esto del Partenón me arrojó luces en Lord Byron también (en mi opinión este poeta podría muy bien haber sido la inspiración para El Retrato de Dorian Gray).
EliminarSaludos!