Durante
todo el libro tuve la impresión de que hacia el final los personajes de
cada cuento se iban a encontrar juntos en alguna escena en la ciudad: un
incendio, un desfile de circo, qué sé yo. Hay algo deliciosamente tejido, algo
que flota, no se dice y sin embargo está presente de principio a fin. A pesar
de lo diferente de cada cuento, el tema común es la ciudad, la soledad, el
microcosmos que cada quien experimenta en su pequeña parcela de concreto.
Algunos
cuentos obviamente me gustaron más que otros, siendo Sleep* mi favorito (tal
vez porque soy mujer, madre, duermo poco
y me gusta leer mucho). El final es crudo, muy crudo y me dio escalofrío
nada más imaginarlo. Burning Barns* también me gustó por el juego mental y por
la frase “extraña la desigualdad de esta oscuridad”. Punzante.
Sin
embargo no mentiré. Fueron en realidad los únicos cuentos que me gustaron de la
serie de diecisiete en El Elefante Desaparece. Me demoré un mundo en leer el
libro porque me faltaba inspiración para seguir. Puedo lidiar con formas de
escribir experimentales, pero necesito que me dejen algo: sea el lirismo,
alguna reflexión, la confusión de un final contundente, la sorpresa de la
novedad, un déjà vu con que identificarme, algo... y quince veces me quedé con las
manos vacías. Ciertas “tramas” (me queda la duda pues en un par de casos me
pregunté si había una) se me hicieron absolutamente triviales, aburridas o
abiertamente rebuscadas, sin ningún sentido, significado o simbolismo —lo
siento por los que aprecian a este autor, es sólo mi opinión personal—. Cuestión
de gusto. Lo intenté. Me rindo. Murakami no es en realidad mi taza de té; con
el elefante desapareció también mi deseo de leer a este escritor.
*Me
perdonan que los cite en inglés pues fue la versión que leí. Intenté conseguir
los nombres de estos cuentos en español pero no los encontré. No me arriesgué
con la traducción literal porque a veces les cambian los títulos a los libros y
cuentos de un idioma al otro.
Vaya, hoy he publicado yo una reseña del mismo autor. Me gusta Murakami aunque creo que me van a gustar más los autores más clásicos de los que ya hemos hablado.Este aún no lo he leído pero por lo que veo el universo surrealista que intenta siempre crear Murakami no te ha convencido.. así que no sé. Saludos
ResponderEliminarYossi, a lo mejor tendría que tratar en una novela. Lo intentaré. Pero en un rato :P
EliminarGracias por pasar, saludos!
Hola, te cuento que estuve leyendo hace poco a Murakami, me gustó "Kafka en la orilla" los personajes especialmente, "Tokio blues" está bueno pero me dejó en un pozo innecesario; leí también un libro de cuentos pero hace tiempo y no recuerdo los nombres y tampoco mucho los cuentos... y por último leí "El pájaro que da cuerda al mundo", con éste dije basta de Murakami por ahora, me pareció interesante al principio pero después pensé que desvariaba.
ResponderEliminarSe me hace que tiene algunas obsesiones como la muerte, el sexo y la juventud por ejemplo (ideas mías, nada más), así y todo me gusta la forma de relatar, pero los resultados son fatales en mí al menos. En todo caso lo recomiendo en pequeñas dosis, aunque tiene fanáticos que me comerían el hígado.
Un beso!
MC, te escucho. A mí me dio sustito escribir que no me había gustado (siempre había leído reseñas muy positivas). Ahora me entero que hay opiniones encontradas. Compré Tokio Blues y se me perdió el mismo día. Cosas del destino! Besitos.
EliminarVa una leyendo los dos párrafos iniciales de la entrada, enterándose de que existe el libro -quienes no lo sabíamos-, enterándonos de tu condición lectora... y de pronto, como una buena escena en una película: ¡"Sin embargo no mentiré. Fueron en realidad los únicos cuentos que me gustaron"! :D
ResponderEliminar¡Me gusta cómo comentas! Ahora quiero leer ese libro, al menos al autor, a ver qué le encuentro ;)
Jajaja Silvia, se me salió el malvado! Estaba tratando de ser amable y todo :)
EliminarAvísame lo que te parezca cuando lo leas.
Un abrazo!
:D se merece salir, el malvadillo ;)
EliminarTaty no he leído nada de este autor. En cambio si que acabo de leer El cielo es azul, la tierra blanca de Hiromi Kawakami, y me ha encantado. No me llaman mucho la atención los escritores japoneses, pero éste al ser un regalo me lo leí y me ha encantado. Me parece muy digno decir que a uno no le ha gustado un libro, faltaría más!!!!!!
ResponderEliminarUn beso.
Lo tendré en cuenta Lidia; después de leer a Mishima y parecerme tan hermoso ando muy curiosa por la literatura japonesa, veré si consigo el que me cuentas, gracias por el dato.
EliminarSabes, a veces me hace falta recordar que también está bien decir que algo no nos gusta.
Que tengas feliz semana!
Permiso. Vi un comentario tuyo en otro blog y me aventuré en estas tierras.
ResponderEliminarNo leí nada de Murakami, pero veo a mucha gente con sus libros bajo el brazo por lo que supongo que algo debe tener para que se ponga de moda en forma tan intensa. Pero tu comentario me llevó a una pasión que en mí supera a la lectura, el cine. Una de las últimas películas que filmó Robert Altman, Shortcuts (Atajos, aunque en la Argentina se conoció como Ciudad de Ángeles), en cierto modo expone lo que vos esperabas de El elefante desaparece. Son una serie de cuentos cortos, pero en vez de ser expuestos a lo largo de la película en forma sucesiva, están entrelazados sutilmente y transcurren simultáneamente. Los protagonistas de una historia, son los personajes secundarios de otra, en un gran trabajo de los guionistas. Quizá la película no sea excepcional (me cuesta ser imparcial cuando hablo de Altman), pero estas sutilezas, un digno elenco (creo que fue la última película de Jack Lemonn) hacen que yo la considere una joyita.