pasarme esta tarde de casi septiembre mirando a la ventana, abriendo cajas viejísimas para acomodar amorosamente todos estos libros que no son míos, estando los míos tan solos.
La dueña está en Inglaterra; se fue con una o dos maletas y los habrá dejado acá, que el peso, que el tiempo, que el regreso... pero no es verdad, las raíces de los libros siempre pesan tanto que jamás se dejan arrancar.
Pienso en mis propios libros, en casa, en mamá como una leona protegiendo lo que le queda de la hija ausente.
En esta otra orilla y luego del luto debido, he comenzado otra biblioteca (en otra lengua de la que con toda honestidad no hallo el fuete).
Ah... y ya mis libros van otra vez a una caja.
Allá va Julio con Aldous, acá viene Teresa con Charles (¡y qué mal así juntos!) y por aquí está ese libro simpático de Eliot que no me he leído a propósito de los gatos...
¿Cuándo los veré otra vez?
Digo los libros, no los gatos.
Ah, el horror de la memoria, el susurro de la nostalgia.
te comprendo perfectamente Taty, y no creo que exista una nostalgia mas grande que esta, por que los libros son asi, nos atrapan y nos dan sentimientos sin importar que les damos nosotros a ellos, asi sin miramentos te aceptan y luego ya eres de ellos, ellos son del tiempo.
ResponderEliminarpues sí, mis libros en casa son como decir mis hijos...a veces pregunto por ellos, mamá me cuenta que les ha sacado el polvo, que los ha mudado a una biblioteca nueva, y yo suspiro.
Eliminarbesitos!
los libros forman parte de uno mismo, no me puedo imaginar a los mios lejos de mí. una vez cometí un error, tiré algunos, por despecho, por rabia, no tenía nada que ver con ellos. siempre me arrepentiré. seguro que los tuyos te esperan....
ResponderEliminarun beso
sabes, lidia, una vez quemé unos diarios por despecho y por rabia también. desde ahí cuando me enojo mantengo distancia con el papel.
Eliminarun abrazotototote.
Siempre un placer! saludos!
ResponderEliminarGracias por pasar Milla :)
Eliminarun beso!
Maravillosa entrada, yo soy incapaz de deshacerme de ellos, a veces, cuando voy a librerías de segunda mano, que me vienen genial, pienso que sería incapaz de deshacerme de los míos. Un abrazo.
ResponderEliminarAh Yossi, verdad que los libros de segunda mano tienen un encanto especial?
EliminarMi hallazgo favorito fue un libro de Historia Universal diez años más viejo que yo... imagínate que a las fotos de las esculturas desnudas todavía les montaban hojas de parra!
Gracias por leer, un beso!
Lo que le pasa a una con sus libros es algo que marca. Dónde están, cuáles no están, por qué...
ResponderEliminarUna abrazo, Taty.
Por qué. No se me había ocurrido que ese es exactamente el meollo del asunto.
ResponderEliminarBesitos!