triste en la isla. La lluvia insiste, el viento insiste. Desde la ventana no hay azul; sólo palmeras despeinadas, cansadas del trajín de la noche. Hay que cerrar puertas y ventanas, no dejar volar papeles, flores, pensamientos.
La casa está oscura. Las esquinas llenas de polvo cobran vida, hablan, exigen. Hay que hacer, mantener el ocio a raya: a leer y escribir, a coser y pintar, a abrir cajones olvidados: aquí salen cintas y encajes; allá fotos con algo de moho, hay que renovar sonrisas, devolverle el brillo a las luces, encontrar detalles antes desapercibidos.
En la cocina se pone café y se aprovecha para recoger esto y aquello, arreglar aquello y lo otro, desempolvarlo todo. Uno esturnuda y piensa en un pañuelo blanco, una casa colonial, niñas frágiles y adoradas que morían de fiebre en otros tiempos. Se enciende el horno y se espera.
El viento se cuela por las rendijas y trae desasosiego, palpitaciones, urgencia no se sabe de qué. Pienso en mamá y sus cuentos de infancia: los pies descalzos, el escándalo de la lluvia en el techo de zinc, el baúl abierto con sus sedas, el misterio de las esmeraldas desaparecidas poco antes que la abuela. Pienso en la tía Graciela —sin dejar de hacer— y me pregunto qué será de aquella foto: un niño sentado en la pierna derecha, el otro de pie, abrazado a la pierna izquierda, cestas de mimbre en el piso.
Lo mismo que la nostalgia, mis manos han ido incesantes, libres, casi sin notarlas y ahora el olor del pan horneado cubre la casa y me llama de regreso a la calma: es un bálsamo, una cobija, un beso en la frente que me hace sentir profundamente atada a la vida.
El otoño y el invierno son mis estaciones favoritas. Coincidimos en que me tomo el otoño como antesala del frío que vendrá y que voy a disfrutar así que me voy preparando. Tu texto, el final, son deliciosamente evocadores, no puedo esperar a disfrutar de los seis meses que nos quedan por delante. Besos :)
ResponderEliminarAh yo soy una criatura tropical y el frío me va mal: por eso el desahogo, primero con el pan y luego con el escrito :o
EliminarQue disfrutes del invierno que viene. Un beso!
A mi también me gusta el otoño, y la lluvia, aquí hace días que llueve fuerte también, me gusta como lo has descrito taty, podía sentir el olor......
ResponderEliminarUn beso!!!!
Lidia, a ti el invierno te debe sentar de perlas: tibiecita con el café, a crear maravillas!
EliminarBesitos :)
Sin dejar de hacer... y el olor... :)
ResponderEliminar¿Verdad que el olor del pan horneado es uno de los mejores placeres de la vida?
EliminarUn beso.
Lo has dicho de manera contundente y con un lenguaje que me ha gustado!! la lectura se me ha hecho pequeña. Primero desempolvaste el pensamiento, luego ahondaste en la claridad del recuerdo (que por cierto cada dia es más borrosa) y al final reviviste!!
ResponderEliminarUn gusto haberte encontrado saludos Taty!!
Tu nota es certera y hermosa. Gracias por la visita y las palabras :)
ResponderEliminarBienvenido al blog. Saludos!