jueves, 24 de enero de 2013

#74

Llevo en esta batalla cada noche con su día
sin banderas rojas ni pechos sangrantes
apenas el mío salpicado por un cabeceo desnudo
un molino desmenuzando el aire
luces tras el vidrio empañado.
Cada mañana amanece de golpe
(siempre me sorprende despertar viva)
es el ritual de escupir una pluma de mis labios
comprender que he soñado ser un ave.
El reloj marca una hora cualquiera
y yo aún no encuentro una lanza
que haga reventar las entrañas del asfalto
donde pisa el desahuciado
y mendiga un pedazo más de vida.
Todavía no encuentro el escudo ni el yelmo
que me salven de la desesperación
el sudor, el vaho, las caras tristes del tren
siempre a tiempo en la última estación.
Voy armada sólo con mi torpeza
y el hambre de un perro rabioso
sin rezos a los santos ni placas de identificación.
Esta noche me acostaré a dormir
con los huesos cansados y los labios resecos
sin saber otra cosa que el día de mañana terminará igual
no sé por cuanto tiempo.

2 comentarios:

  1. Unas imágenes muy vivas taty, muy sensorial y tangible en juego de opuestos, me encanta leer tus poemas. Un beso.

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    1. Gracias Yossi. Este es uno de mis poemas más sentidos. Besitos.

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