de afanes de tiempo y espacio; será por eso que pone su residencia permanente en los verbos de la memoria y la imaginación, y sólo pasa a visitarnos de vez en cuando en el presente.
Para que quiera quedarse un rato, sería mejor recibirla con gratitud, invitarla a un café, sonreírle, pedirle que vuelva pronto.
Cuando no es cuestión del azar tocando a la puerta, la felicidad se parece más a un jardín interior: todos nacemos con nuestra parcela de tierra, un manantial de agua y semillas infinitas; es cuestión de saber qué hacer con todo eso.
No siempre el jardín tiene la tierra preparada, ni mucho menos es el kit de un terrarium de vidrio, de esos que venden en las ferreterías y viveros, un DIY talla única; viene de los edificios derrumbados, de los que es necesario limpiar los escombros, fertilizar, arar, sembrar, regar, ver crecer y florecer: cosas todas que toman su trabajo.
Y su tiempo.
Qué bueno leerte con mate y lluvia.
ResponderEliminarUna reflexión muy necesaria y generosa.
A veces nos olvidamos de la relación tiempo/felicidad.
Habrá que arar.
¡Besos!
Sobre todo tiempo.
ResponderEliminarAbrazos.
La felicidad es analfabeta: no sabe leer en nuestras aspiraciones.
ResponderEliminarLa felicidad es anacrónica: nos desea aquello de lo que ya nos fue desposeído.
La felicidad no gusta de que se la nombre: quiere pasar desapercibida, sin aspavientos, casi sin que nos demos cuenta de su roce.
La felicidad es prudente: espera por si algún día...
La felicidad nos avisa: no aspiremos tanto a ella y hagamos más por lo inmediato y modesto.
La felicidad es quejica: se queja de que a cualquier cosa que nos sale bien le llamamos estar felices.
La felicidad nos señala: ¿no es bastante para vosotros seguir estando vivos?, nos dice.
Y así podrían decirse tantas cosas de la señora felicidad.
es solo segundos, de amomentos ,de una vida
ResponderEliminarsaludos
Una buena entrada para naturalizar a la felicidad. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarla felicidad es repentina y muy efímera, casi menos que un suspiro.
ResponderEliminarun abrazo.
Tal vez el problema sea ese, el que la felicidad no sabe de tantas cosas que se nos imponen como necesarias y pasos previos...
ResponderEliminarSaludos,
J.
A veces se deja compartir y otras no, es cosa privada, qué sé yo. La felicidad es un potencial la mayoría de las veces.
ResponderEliminarSaludos taty, un abraozo
La felicidad es una cara amiga, que nos visita de vez en cuando. Ela no se instala para siempre, sino para lo fugaz. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQué precioso y evocador tu poema. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
La felicidad es redonda. Y rueda.
ResponderEliminarA veces emerge como un canto rodado, ese tipo de piedra preciosa que encontramos en nuestro jardín.
Salud.
Feliz año 2021 para ti y los tuyos taty, espero que estes bien y la felicidad sea tu aliada.
ResponderEliminarAbrazo a distancia.
B