Con la luz del sol
se derriten mis alas
sólo encuentro en la oscuridad
lo que me une
con la ciudad de la furia... *
En el espacio de la memoria —o del deseo— es de noche, y hablamos de Cortázar, Quiroga, Borges (yo confieso con rubor que no lo he leído), y Monterroso, y Benedetti que no me gusta.
—¿Oye, y has leído algo de Roque Dalton?
No; se hace el silencio y no importa. Se está bien bajo el cielo oscuro, en un café a las puertas del museo cerrado. Conjuro versos:
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas **
La lengua extranjera de mi hija conjura en cambio el presente; es de día y pasamos un puente sobre el mar. Me habla ella de juegos, animales que hablan, se transforman en otro, y
—Pero mamá, baja el volumen, así no te puedo contar.
El reino es otro, la magia es distinta. Yo me entrego sin preguntar. La felicidad no puede andar cogida de la mano con los demonios, no, no, porque entonces ya no es felicidad, o es la felicidad triste de mirar una ciudad desde el balcón y preguntarse si más allá hay otro también contemplando la noche, navegando estrellas. No le busco las cinco patas al gato poético, al que le gusta maullarle desventuras al insomnio. No; la felicidad es otra cosa, tal vez una bestia que duerme, un libro cerrado, un árbol que no sabe de sí. En fin, es de día, y mi hija y yo somos dos aves que se llaman en la selva de sus sueños. Es simple.
* La ciudad de la furia, Gustavo Cerati.
** Como tú, Roque Dalton.
Me encanta ese pasear ingenuo, donde los autores literarios son coautores del viaje a la selva de lo desconocido.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Alfred, por tu visita :)
EliminarSaludos.
Llamaste mi atención con semejante cita. ¿Sabías que inspiró una novela, La ciudad de la furia, escrita por un tal Pablo Zuppi? Que no leí. El hecho es que es inspiradora esa canción.
ResponderEliminarTe recomiendo leer a Borges.
Por otra parte, parece que estás bien con tu nivel de lecturas, con el texto que escribiste. Me gustó eso de no buscarle la quinta pata al gato, que con el agregado de que le maulla desventuras al insomnio, le diste algo poetico.
Un abrazo.
Demiurgo, no sabía. Ese título también ha inspirado a Leonardo Padrón al escribir de Caracas. Buscaré la novela del tal Zuppi. Pero primero Borges, es hora :)
EliminarGracias por tu visita, un beso!
Sube más de esos pasajes de diario, acercan al lector a ti, pero quizá no sea lo que busca siempre un escritor, sin embargo, es un bálsamo de poesía, la vida misma, no importa lo ordinaria que sea, si se tiende como lo haces tu, con tus pinceles de magia, se cruzan los laberintos de la realidad, eso es riqueza.
ResponderEliminarAbrazo, feliz domingo taty.
Querida Beatriz, gracias por tus palabras. Con la sequía literaria que estoy pasando en cuanto a la ficción parece que el recurso del diario es el que me queda :o
EliminarGracias por tu visita, me alegra el día encontrarla acá.
Besos!
Me llegó al lugar recóndito al que toda escritura que se precie debe llegar. Gracias. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Nos leemos :)
Eliminaryo creo en Gandalf el mago blanco del señor de los anillos, en Conrad, en Maslow, proust y Wilde.
ResponderEliminarY leí a García márquez, pero a Borges jamás
:( y mucho menos conozco a Dalton.
La felicidad para mi es un anaquel con muchos libros ya leídos y que puedes volver a ellos porque te gustaron un montón. una terraza con amigos un dia soleado
no basta leer a muchos autores o conocer todas sus obras la vida no alcanza y la felicidad tampoco :)
Jo, me dejaste sentada con la última línea, ¿qué se le puede agregar a una verdad tan contundente?
EliminarMuchos besitos y gracias por pasar por aquí.
Taty, me gusta esa búsqueda de la felicidad en las pequeñas cosas,las lecturas y los cafés y los cariños compartidos...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Es ahí donde está, en las pequeñas cosas... lo demás es cuento de hadas :)
EliminarBesos!
eres intensa y única
ResponderEliminarLo tomaré como un cumplido :)
EliminarSaludos!
Simple pero grandioso. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias. Saludos!
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