Arde la cuidad en la cárcel de su valle, arde el cerro que la arropa.
Tras el cerro arden las playas con sus pescadores; uno tejía sus redes, el otro reposaba en las rocas.
Arden los corales con sus peces y más allá las bromelias de la selva con sus flores en el vientre.
Arden los trinos y el rugido, la risa y el quejido.
Arden las montañas en su cordillera y los ríos con sus venas.
Arde el germen de la tierra, arden los hijos de las aves y no puede llorar en paz el cielo: en el horizonte cantan enloquecidas treinta millones de liras.
Magnífico el ritmo de tus versos inflamados, de tus palabras en llamas.
ResponderEliminarBss
Muchas gracias :)
EliminarEs un pequeño infierno...
ResponderEliminar¿No dicen, pues, que la historia se repite?
EliminarMe recuerdas un sueño en el que mi calle ardía. Había bailado mucho y los curas me habían dicho que bailar es un pecado.
ResponderEliminarLos colegios religiosos deberían de estar prohibidos.
Tecla, es increíble pensar en tantas pesadillas de las que los colegios religiosos son responsables :o
EliminarBesos!
Arde enloquecido el mundo.
ResponderEliminarPor eso mismo es que ando escondida :)
Eliminarahora es que pensé en una canción de Silvio
ResponderEliminar¿Cuál de tantas? A mí me parece que todas sus canciones son una llama, pero de esperanza ,para el que la quiera encontrar donde sea que ande.
EliminarBesitos.
Caracas arde en tu recuerdo y que barba quemazón de almas. Hasta acá me alcanza ese fuego.
ResponderEliminarSaludos, más.
Beatriz, lo mismo me alcanza el fuego de México en este momento. O el de Argentina o el otro y el otro.
EliminarSerá el continente, será el mundo, serán los ojos con que los veo :o
Besos grandes!
Encantada de pasar por tu espacio.
ResponderEliminarUn calido saludo
Bienvenida, Sneyder :)
EliminarAbrazos!
Ardientes, sus palabras, como siempre.
ResponderEliminarSalud. Quedamos a su disposición.
Muchas gracias. Ya le preguntaré a sus escribas.
EliminarSaludos!
Todo arde, si le aplicas, la chispa adecuada...
ResponderEliminarCantaban los Héroes del Silencio, hace unos cuantos años.
Y puede que algo de todo ello sea cierto.
J.
Te digo lo que le comentaba a Beatriz: serán los ojos con los que estoy viendo ciertas cosas.
EliminarAbrazos!
A veces el fuego es purificador. Que se purifique todo sería deseable.
ResponderEliminarY lo has dicho muy bellamente.
Saludos
Pamisola, la idea de la purificación es muy tentadora pero el proceso tal vez no tanto :o
EliminarGracias por tus palabras. Saludos!
No solo puerifica, también destroza, como el agua, el viento...
ResponderEliminarDicen en China que los niños son hijos del viento.
Un beso y tu cafelito. Tienes un buen espacio. Gracias.
Esa parte de destrucción es justamente la que asusta, venga del fuego o del agua y el viento.
EliminarEs una imagen muy poética, habría que hacerle eco :)
Besos y gracias por el cafelito! Nos leemos.
Muy bueno. Emocionante!!!! Mi enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Pedro, comienzo bien el día con tu comentario :)
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