sábado, 27 de septiembre de 2014

Los pasos perdidos, Alejo Carpentier

He llegado tarde a este encuentro y es casi imperdonable. Carpentier es uno de esos autores que me hace preguntarme para qué escribo yo y qué persigo exactamente con mi actividad, porque lo que es decir las cosas con belleza y contundencia, eso ya está hecho en Los pasos perdidos.

Probablemente hay algo de parcialidad de mi parte: no puedo, desde esta nostalgia, leer sobre la selva, el tepui ni la churuata sin que me tiemble un poco el alma. Viajé, me enredé entre las lianas, hundí las huellas en la tierra blanda, me dejé asombrar y acunar por el paisaje-madre. Sé, sin embargo, que esas tierras y yo somos ajenas la una a la otra, y he aquí donde la historia consigue crearme tensión. 

El protagonista llega de la ciudad con una misión en particular, pero viaja ya hastiado de lo que deja atrás. Naturalmente la selva representa la alternativa, la salvación y a ella se aferra, de ella se enamora. La ennoblece. Quiere quedarse. Comienza el proceso de echar raíces y convencerse a sí mismo del fruto de su trabajo, todo ello sin darse cuenta de que es un extranjero en el paisaje. Todos lo ven y lo saben, excepto él. Es desgarradora su ingenuidad.

Hay algo de arquetípico en los personajes de Carpentier: los he visto antes en fotografías sepia y ahora, por primera vez, me han hablado, y lo han hecho con voces que tienen la suavidad de las verdades bien sabidas. Los Yannes, los Adelantados, las Mouches y las Rosarios suceden en la selva como suceden los hijos a sus padres generación tras generación.

Hay también cierta universalidad en algunos planteamientos (más bien preguntas) sobre las civilizaciones antiguas y modernas, cómo se comparan, cuál es el parámetro con que se mide el progreso del hombre, qué validez representan la ciencia, el arte, las teorías y las academias frente a los instintos más primordiales del hombre.

"He llegado a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado (...) Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema."

Hablemos de lirismo.

Para el reto Leyendo a los Clásicos me había apuntado con El reino de este mundo, pero no pude resistirme a un libro ambientado en Venezuela, no sé si se vale :)

16 comentarios:

  1. ouch! sentirse aludido en un libro es tremendo taty. Pues yo ando en tierra extranjera aunque a ratos siento que he logrado conectarme con este lugar, los otros quizá nunca dejarán de mirame con esos ojos extrañados.
    Y el lirismo, es cierto, este autor es excelente en su manejo y eso que es prosa.
    No he leído este libro pero he leído otros de él y he sido testigo de esa deliciosa manera de plantear la filosofía de la vida.

    Abrazos querida.

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    1. Es verdad, Bea linda, que algunas alusiones duelen un poco, más bien un mucho. Yo estoy contenta en mi esquina del mundo, pero apenas tengo alguna referencia al terruño me pongo sensible. Sobre todo si me lo dan con tanta belleza.

      Estoy muy curiosa por leer el próximo libro que tengo de Alejo, El reino de este mundo. Ya les contaré.

      Besos y abrazos, que tengas feliz semana :)

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  2. Dices que has llegado tarde a Alejo Carpentier. Me alegro por ti, que has llegado. Para mi es uno de esos escritores que nunca se ha cruzado en mi camino a pesar de sentir hablar de él tantas veces.
    Creo que a partir de ahora tendré que hacer algo.
    Eres un amor, Tati.

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    1. Tecla,

      Es siempre fácil decirme a mí misma que la vida es corta y no alcanza para leer a todos los autores ni todas las grandes obras. Más difícil es recordarlo cuando encuentro una joya como Carpentier :)

      Yo había escuhado sobre Alejo por algo más de una década. No sé, a lo mejor algunas lecturas tienen su momento también.

      Besos y gracias por las flores :) Nos leemos!

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  3. Hola Taty, no he leído nada de este autor. Últimamente desde que me despidieron no consigo centrarme en ningún libro. Ya pasará.
    Un beso y abrazo fuerte.

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    1. Querida Lidia,

      No siempre tenemos cabeza para estas cosa; la belleza tiene también su momento. ¿A lo mejor lo de tu trabajo hace que des el salto y te dediques de lleno a todas las cosas lindas que haces? Creo, honestamente, que te sobraría clientela :) Bueno, una sugerencia :)

      Besos, espero que tus cosas mejoren!

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  4. Yo hace tiempo (muuucho) que descubrí este autor, no recuerdo incluso si con este libro que nos traes aquí, del cual tengo un recuerdo de una prosa, como tú dices, muy lírica. De todas formas nunca se llega tarde a un autor, lo importante es llegar ;)

    Gracias y besos!

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    1. Ana, creo que lo dicen por ahí, nunca es tarde cuando la dicha llega :)

      A Carpentier lo tengo en la mente como algo un poco adolescente, amigos de la juventud tendían a endiosarlo, un poco como a Cortázar. Hace poco leí un artículo que definía a Cortázar como un autor "de iniciación". Me pregunto si es lo mismo con Alejo, que los dos impresionan tanto en la primera lectura.

      Un beso!

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  5. No sólo reconozco que nunca leí nada de Alejo Carpentier, sino que confieso que lo que me alejó de entrada fue un prejuicio que se me generó debido al comentario de dos amigos "eruditos" en Literatura, quienes me dijeron enfáticamente que no leyera literatura tan blanda. Aceptar un prejuicio es una forma de superarlos, la otra es buscar un libro del autor en cuestión y crear mi propia opinión.
    Gracias por hacerme reflexionar.
    Un beso grande.
    HD

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    1. Humberto, tengo algo de curiosidad sobre el concepto de literatura blanda... ¿qué querían decir tus amigos eruditos más o menos? Retomando el hilo de lo que le decía a Ana, se me ocurre que tiene algo que ver con ser literatura "iniciática", lo mismo que Cortázar (según el artículo)?

      Me parece que la pieza estaba escrita por Andrés Newman si recuerdo bien.

      Aquí, preguntándome. Me alegra que te hiciera reflexionar, aunque confieso que yo misma tengo mis prejuicios con ciertos autores! :D

      Besos!

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  6. El uso del lenguaje de Carpentier es único y solo con ver el título de tu reseña sabía que habíais conectado, lo sabía.... Este libro en concreto no lo he leído pero lo haré. Besos.

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    1. Yossi, es cierto, conecté desde con el estilo de Carpentier desde las primeras páginas y me parece que voy a comenzar El reino de este mundo antes de que se termine el año :)

      Curiosamente hace algunos años intenté con El siglo de las luces, pero lo dejé en el estante para después... y ahora los pasos me han llevado más bien lejos de aquella biblioteca! Veremos qué hacer.

      Un beso!

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  7. Yo sigo sin enganchar con los autores "clásicos". Podemos debatir que es clásico y que no.
    Podríamos decir que una vez me acerqué a Carpentier...tomé un libro suyo de la biblioteca familiar, no recuerdo el título siquiera y lo dejé de nuevo donde estaba.
    Pero me gustan tus lecturas, así que...cuenta como acercamiento a los clásicos?

    Un beso!

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    1. Podemos, sí, debatir, porque los clásicos no parecen tener límites definidos.

      Yo igual no me voy muy lejos en el tiempo cuando leo :o

      Sabes que a mí me pasó algo igual cuando tomé de la biblioteca de mi casa El siglo de las luces...

      Me alegra la idea de acercarte por mis lecturas. Yo, después de tus posts, tengo a Manuel Puig y Paul Auster en la mira :)

      Besos!

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  8. Creí que había comentado.
    El protagonista se me hizo desagradable. No me gusta la forma en que trata a Moche. La abandona a su suerte y luego la desprecia cuando la vuelve a encontrar. El personaje tiene un serio problema emocional.

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    1. Demiurgo, me alegra mucho que tocaras el tema!!

      A mí la idea me pasó por la cabeza, pero no me dejó el mal sabor que me quedó de Oliveira en Rayuela.

      La cuestión es que a pesar de que estos personajes son unos cretinos emocionales, eso no impide que estén inmersos en dos novelas exquisitas :)

      Un beso!

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